miércoles, 17 de agosto de 2011

Ahora si... el final

Josúe jamás habia esperado que eso pasara... Desde siempre habia sido torpe en los temas amorosos, pero ésta era la situación más confusa en la cual se habia visto. Graciela lo miraba a los ojos directamente y en su mente el tenia un remolino de ideas y colores que de vez en ves formaban figuras, formas y hasta caras, como la de Sophie.
No sabía que hacer sabía que jamás tendria oportunidad con Sophie, pero sin embargo preferia estar solo que sin ella. Pero...¿Y si Graciela luego comprendiera lo que el pasaba? ¿ Y si despechada se iba con su hija lejos de él?... Perderia a una amiga y a Sophie, y, por todo lo egoísta que sonase hasta en su propia mente, lo que más le dolía era perder a Sophie, aunque sabía que al mismo tiempo jamás la tendría. Volvió lentamente a la realidad distinguiendo colores y formas de a poco, su vista se habia nublado y ni siquiera se había dado cuenta.
Graciela seguía mirándolo, esperando una respuesta. Josúe miro sus manos estaban sudadas, luego de moverlas como si estuviese comprobando que eran suyas intentó mirar para arriba, hacia Graciela, pero una extraña fuerza se lo impedía...
Con todas sus fuerzas levanto la cabeza, se levantó y discimulando el temblor de su cuerpo y con sus ojos conteniendo lágrimas abrazo a Graciela diciendo :" Esperaba que lo dijeras".
Lo había hecho, había al fin respondido y estaba conforme, ya que en un segundo pensó todo. "Puede que este sea sólo amor de padre y al no experimentarlo lo confundí... No, imposible, pero al menos acá puedo velar por ella, no dejar que nada malo le pase, de alguna u otra forma la necesito conmigo". Graciela sonrió sin percatarse de que Josúe no estaba realmente con ella, sino que en su mente. La noticia era exactamente lo que ella esperaba.
Así pasó el tiempo...Años... Para Graciela todo era perfecto, tenia a Josúe y a Sophie en resumen al esposo y a la hija perfecta, en cambio para Josúe cada segundo se ponía peor... Sus sentimientos hacia Graciela no habían cambiado en lo más mínimo, pero con Sophie habían crecido con creces, había crecido ella también y cada día estaba más linda y radiante que el anterior, cosa que a él le partía el alma en silecio, tenía unas notas espectaculares y a muchos "idiotas" siguiendola... Idiotas según Josúe, ya que para el nadie era lo suficientemente perfecto para ella... ni siquiera él mismo.
Sophie lo adoraba tanto como a su propia madre, era tanto el cariño que hasta Josúe se vio confundido un tiempo... Todo iba bien... o al menos casi todo.
Josúe había comenzado con sueños en los que Sophie lloraba declarándole amor, y aunque no eran más que sueños éstos de a poco no lo estaban dejando vivir en paz. Cada día el mismo sueño le dolía un tanto más que el día anterior, le molestaba despertarse y salirse de ese lugar donde podía caminar con ella en paz, abrazarla y no sentir que la gente los mira, hasta que un día cayó en cuenta.
Él no era nada más que un pedófilo, un sucio y estúpido enfermo mental... Cada segundo luchaba con todas sus fuerzas por vencer lo que alguna vez seria inevitable... No, no le interesaba Graciela en lo más mínimo, su mundo era Sophie, y aunque era futo de su esposa no era lo mismo, jamás lo sería. Ahí comprendió que no podía aguantar más, nada más. Se levantó, se duchó y se vistió intentando hacer el menor ruido posible ordenó un bolso con algunos libros, su billetera y algo de ropa y salió de la pieza no sin antes mirar con un tanto de desprecio a Graciela aún durmiendo.
Caminó, entrando hacia al pasillo y se dirijió a la puerta nunca el camino había sido tan largo. De repente escucha una puerta abrirse, y por reflejo mira hacia atrás. Ahi estaba ella refregándose sus ojos para ver mejor luego de su descanso. Al verlo así abre los ojos de golpe y susurra un "Josúe" con la bastante fuerza para que él la escuchara.
Al oir esto su mirada se tranforma en una de pura ternura por unos segundos y luego se vuelve tan cruda como la ultima que le había entregado a Graciela hace algunos instantes.  Se da vuelta y deshaciendose en llantos cierra la puerta.

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