jueves, 14 de agosto de 2014

Hecho

Con los ojos cerrados afrento mi destino. El miedo no falta, nunca falta, sino que se expande, de mi mente a mis manos, a mis pies, a mi boca. Tiemblo completamente, cada detalle de mi cuerpo hace un  movimiento involuntario... ¿Por qué lo hice? Ni yo lo sé... Si tan sólo supiera, si tan sólo supiera, si tan solo supiera. Si tan sólo supiera, ¿Cambiaría algo?
Lo hice, de nada sirve llorar, arrepentirse ni el perdón de los demás para los que no creen en un cielo eterno y hermoso, ni en un infierno más torturador que la vida misma. Miento, un perdón me daría una satisfacción momentánea, de unos segundos burlones hasta que llegue de nuevo. Lo siento, de verdad, lo siento.
Abro los ojos. Veo los problemas, vuelvo al mundo, no MI mundo, tan sólo vuelvo al mundo real que pertenece a todos y a cada uno, pero no es sólo mio.  Ya basta de estupideces, es hora de crecer.
"Yo lo hice"- dije seriamente, y sonreí.