lunes, 21 de octubre de 2013

Simple

Si me enviste algo ¿Por qué aún no lo veo?. Veo risas, nombres, especulaciones. Estás? aún no logro verte. Disimulo al mirarte, odio que creas que puedes ignorarme, ignorarlos, ignorarte a ti mismo. Ese desdén que evocas te terminara sofocando, solitario, guardado entre hojas secas, tan secas como tu alma, como la desgracia de tener mente, poder pensar. Sabes que podrias hacer más. Más de lo que hacen, Más de lo que hago, Más de lo que tu mismo haces; sin embargo miras al mundo y dices que eres demasiado bueno para él. Sale de tu nube, de tu estúpida burbuja de cristal y metete en una de metal, así al fin tendras la gracia de ser impenetrable y nosotros la gracia de no verte más, sigues siendo basura, como cualquiera, si despejas tu vida de las falsedades que tu creaste miraras un horizonte simple, tan simple que aterra, porque sabes que deseas tener lo que en verdad creaste en tu mente, en tu iluso pensamiento de cristal roto ya por la verdad. El desprecio del conocimiento de tu situación ya no existe. Bienvenido al mundo real, a tu vida, a vivir, a la muerte, a tu muerte. Buen viaje, esto es vivir, viajar sin mentiras, vivir de verdad; Ojalá encuentres el regreso, pegues cada uno de los cristales, y vuelvas a un mundo inocente, a tu mundo falso, porque yo, yo ya no puedo hacerlo.

Y Ahora?

Llegué algo tarde y me senté, callada. Eramos pocos, tan pocos que si se moviese uno todos lo miraríamos. El hablaba, daba ideas, organizaba, mientras los demás permanecíamos en silencio. En eso irrumpió una voz; "Yo quiero hacer el dialogo, por favor, yo quiero escribirlo, puedo hacerlo yo y..." Se dio la vuelta y me miró. Llevaba lentes oscuros donde no se distinguían sus ojos pero su cara denotaba curiosidad. Con su vista aun puesta en mi me pregunto "¿Aún escribes?..." No se si me dejo perpleja el que me eligiera a mi en vez de la estudiante de lingüística que estaba a su lado o que recordara mis escrituras, porque yo vagamente lo hacía. " Poco muy poco", fue lo único que atine a decir, mientras recordaba que yo escribía. Ella se dio vuelta y el siguió con lo suyo. En ese instante fui yo la que me pregunté "¿Aún escribo?" y mi respuesta espontánea fue "más que nada ecuaciones".









Lo que vivimos siempre nos quita una parte de nosotros, yo al menos espero que esa parte alguien la conserve.