miércoles, 24 de diciembre de 2014

De repente miro al cielo

De repente miro al cielo, buscando respuestas, inspiración, imágenes, o quizás sólo recordar algo.
De repente miro al cielo, y me hundo en él. El cielo es la puerta a mi mente, a mi mundo, a mí. Vuelo, salto corro y grito, y luego vuelvo aquí con la cabeza inclinada hacia arriba.
De repente miro al cielo, y por ahí llego al lugar donde tengo millones de historias, donde esta cada pedacito de vida que no conseguí, cada decisión que no tomé, cada segundo que dudé, un lugar donde todo lo que deseo el posible y está a mi alcance. Si me preguntas que mundo prefiero es este, el real, porque en el mio, no existe este cielo.
De repente miro al cielo, me maravillo y vuelvo.

jueves, 14 de agosto de 2014

Hecho

Con los ojos cerrados afrento mi destino. El miedo no falta, nunca falta, sino que se expande, de mi mente a mis manos, a mis pies, a mi boca. Tiemblo completamente, cada detalle de mi cuerpo hace un  movimiento involuntario... ¿Por qué lo hice? Ni yo lo sé... Si tan sólo supiera, si tan sólo supiera, si tan solo supiera. Si tan sólo supiera, ¿Cambiaría algo?
Lo hice, de nada sirve llorar, arrepentirse ni el perdón de los demás para los que no creen en un cielo eterno y hermoso, ni en un infierno más torturador que la vida misma. Miento, un perdón me daría una satisfacción momentánea, de unos segundos burlones hasta que llegue de nuevo. Lo siento, de verdad, lo siento.
Abro los ojos. Veo los problemas, vuelvo al mundo, no MI mundo, tan sólo vuelvo al mundo real que pertenece a todos y a cada uno, pero no es sólo mio.  Ya basta de estupideces, es hora de crecer.
"Yo lo hice"- dije seriamente, y sonreí.

martes, 15 de julio de 2014

Confesiones de un día impar

Reconozco no ser creyente, reconozco que creo que a religión es algo que impide la curiosidad acera de maravillas con sus explicaciones. Pero también reconozco que hace muy poquito, en el funeral de un familiar vi a mi primo de 10 años llorando, me acerqué y le dije "No te preocupes, ahora hay un angelito más en el cielo cuidándote".


Reconozco que la religión es un mal, pero un mal necesario quizás, ya que tanto como maravillas es natural que existan horrores, y supongo que no todos están preparados para eso. Reconozco que la religión da esperanzas, quizás falsas, pero esperanzas al fin y al cabo, y por último reconozco que me encantaría ser creyente, pero desgraciadamente ya el viejito pascuero, el ratón de los dientes y los cuentos religiosos, no caen en mi mundo.