martes, 15 de julio de 2014

Confesiones de un día impar

Reconozco no ser creyente, reconozco que creo que a religión es algo que impide la curiosidad acera de maravillas con sus explicaciones. Pero también reconozco que hace muy poquito, en el funeral de un familiar vi a mi primo de 10 años llorando, me acerqué y le dije "No te preocupes, ahora hay un angelito más en el cielo cuidándote".


Reconozco que la religión es un mal, pero un mal necesario quizás, ya que tanto como maravillas es natural que existan horrores, y supongo que no todos están preparados para eso. Reconozco que la religión da esperanzas, quizás falsas, pero esperanzas al fin y al cabo, y por último reconozco que me encantaría ser creyente, pero desgraciadamente ya el viejito pascuero, el ratón de los dientes y los cuentos religiosos, no caen en mi mundo.

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